Los mayas decían que esto se acababa ya, pero con el mexicano Javier Aguirre está pasando justo lo contrario para el Espanyol. La vida se ve de otra manera con El Vasco y lo confirmaron los pericos contra el Deportivo, que despedirá el año como colista de Primera División y, quién sabe, si con Oltra comiéndose el turrón lejos de un banquillo.
Después de tres empates consecutivos, incluido uno en el Bernabéu, la victoria se anunciaba y llegó contra el Deportivo. El Espanyol cambió de entrenador en el momento justo y apostó por el hombre idóneo. Motivador y decidido, los pericos de Aguirre tienen más que plumas. Usan el pico y se pelean con quien sea, como Sergio García, que da ejemplo.
El Espanyol sabe lo que hace y se aprovechó de un pobre Dépor, que tiene lo que tiene. El primero que lo sabe es Oltra. Está el último de la fila por quedarse en Primera y no se rebeló ante ese lugar en Cornellà.
El partido fue vibrante, pasaron cosas, y lo aprovechó el Espanyol, que supo adaptarse a los elementos. El centro del campo fue un lugar de paso y todo lo que ocurrió en la primera mitad nació de pérdidas en zonas comprometidas. Los dos equipos no están para los preliminares y los blanquiazules lo entendieron a la perfección. Sergio y Verdú fueron una constante amenaza, Wakaso jugó con el freno de mano echado, algo que se agradece, y Simao supo administrar su gasolina. No es el de hace cinco años, ni el de hace tres, pero usa la cabeza para moverse por el campo y así abrió el marcador.
A la media hora, Lux despejó de puños y Simao, listo y preciso, marcó con la testa utilizando el coco. Elevó el balón, fue una flecha para el portero y la pelota acabó entre las redes.
Al Dépor le costó asimilar el cambio de número en el marcador y sólo Riki estuvo cerca de empatar. Quiere, pero querer no siempre significa poder.
El hombre enmascarado
En la segunda parte, con Baena en el lugar de Víctor Sánchez, se perdió algo de tensión y el Espanyol vivió más tranquilo. Al Dépor no le fue suficiente ni la entrada de Valerón, tardía por otro lado. Casilla, a disparo de Nelson Oliveira, sacó la única clara de los visitantes.
En la segunda parte, con Baena en el lugar de Víctor Sánchez, se perdió algo de tensión y el Espanyol vivió más tranquilo. Al Dépor no le fue suficiente ni la entrada de Valerón, tardía por otro lado. Casilla, a disparo de Nelson Oliveira, sacó la única clara de los visitantes.
En el 88' el Espanyol cerró el partido y los tres puntos con el gol de Stuani, que iba con máscara, pero no para asustar. Era el regalo de Navidad para la Barcelona blanquiazul. Felices fiestas para los que las tengan.
@FERNANDOVK1996
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